El Pico Miravalles, con sus 1.962 metros de altitud, es una de las cumbres más emblemáticas de la Sierra de los Ancares. Situado en la frontera entre León y Asturias, este pico no solo es un desafío para los amantes del senderismo, sino también un mirador natural que ofrece vistas espectaculares de los valles de Fornela y Luiña, dos enclaves cargados de historia, biodiversidad y paisajes únicos. En este artículo, exploraremos en profundidad la ruta que conecta el pueblo asturiano de Luiña con la cima del Pico Miravalles, así como los secretos que esconden estos valles.
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El Pico Miravalles: Un gigante de los Ancares
El Pico Miravalles es la segunda montaña más alta de la Sierra de los Ancares, solo superada por el Cuiña (1.992 m). Su posición estratégica lo convierte en un punto de referencia para montañeros y un lugar privilegiado para disfrutar de vistas panorámicas. Desde su cima, es posible divisar hasta seis valles diferentes, entre ellos el Valle de Fornela, en León, y el Valle de Luiña, en Asturias.
Además de su importancia geográfica, el Pico Miravalles es un símbolo cultural y natural para las comunidades locales. Su entorno alberga una rica biodiversidad, con especies emblemáticas como el oso pardo, el urogallo y el rebeco, que encuentran refugio en las laderas de esta montaña. También es un lugar cargado de historia, ya que los caminos que lo rodean han sido utilizados durante siglos por pastores, comerciantes y viajeros.

El Valle de Fornela: Naturaleza y tradiciones ancestrales
El Valle de Fornela, situado en la comarca de El Bierzo, es un enclave de origen glaciar que destaca por su riqueza natural y cultural. Este valle, atravesado por el río Cúa, forma parte de la Reserva Nacional de los Ancares Leoneses, un espacio protegido que alberga una biodiversidad única.

Características naturales
El paisaje del Valle de Fornela está dominado por bosques de robles, castaños, hayas y abedules, que se mezclan con prados y matorrales en las zonas más altas. Este entorno es el hogar de especies como el oso pardo, el lobo ibérico, el águila real y el urogallo, que encuentran en este valle un refugio ideal. Además, el río Cúa, con sus aguas cristalinas, es un hábitat perfecto para la trucha común.
El valle también conserva huellas de su pasado glaciar, como su característica forma en «U» y los circos glaciares que se pueden observar en las montañas que lo rodean.
El Valle de Fornela: Un tesoro protegido dentro de la Reserva de la Biosfera de los Ancares Leoneses
El Valle de Fornela no solo destaca por su belleza natural y su riqueza cultural, sino también por ser parte de un importante espacio protegido. Este valle está incluido dentro de la Reserva de la Biosfera de los Ancares Leoneses, declarada por la UNESCO en 2006. Esta designación reconoce la importancia de conservar su biodiversidad, sus paisajes únicos y las tradiciones que han perdurado durante siglos en esta región montañosa.
Además, el Valle de Fornela forma parte de la Red Natura 2000, una red europea de espacios protegidos que busca preservar los hábitats y especies más valiosos del continente. Dentro de esta red, el valle está catalogado como Lugar de Importancia Comunitaria (LIC) y Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA). Estas figuras de protección son esenciales para garantizar la supervivencia de especies emblemáticas como el oso pardo (Ursus arctos) y el urogallo cantábrico (Tetrao urogallus), ambas en peligro de extinción.
La inclusión del Valle de Fornela en estos espacios protegidos no solo asegura la conservación de su entorno natural, sino que también fomenta un desarrollo sostenible en la región. Esto permite que las comunidades locales puedan seguir viviendo en armonía con la naturaleza, manteniendo actividades tradicionales como la ganadería extensiva y la apicultura, que son fundamentales para el equilibrio ecológico del valle.
Historia y patrimonio
El Valle de Fornela tiene una rica historia que se remonta a la época prerromana. Uno de sus principales atractivos es el Castro de Chano, un asentamiento castreño que data de los siglos I a.C. y I d.C. Este castro, uno de los mejor conservados del noroeste peninsular, incluye viviendas circulares y un centro de interpretación que permite conocer cómo vivían sus antiguos habitantes.
Además, el valle es conocido por sus tradiciones culturales, como las danzas de Fornela, que tienen más de cinco siglos de antigüedad. Estas danzas se celebran especialmente durante la Romería de la Virgen de Trascastro, el 15 de agosto, y son un ejemplo vivo del patrimonio inmaterial de la región.
El Valle de Luiña: Belleza natural y legado minero
En la vertiente asturiana, el Valle de Luiña ofrece un contraste fascinante con el de Fornela. Este valle, situado en el concejo de Degaña, combina paisajes de gran belleza natural con un importante legado minero.

Naturaleza y paisajes
El Valle de Luiña está atravesado por el río Luiña, que forma pequeños saltos de agua y cascadas a lo largo de su recorrido. Las brañas, pastizales de montaña utilizados tradicionalmente para el pastoreo, son uno de los elementos más característicos del paisaje. Estas áreas, ricas en biodiversidad, ofrecen un hábitat ideal para especies como el rebeco y el águila real.
En las zonas más altas del valle, cerca del Pico Miravalles, se pueden encontrar lagunas estacionales y fuentes naturales, como la Fuente de Miravalles, que añaden un toque pintoresco al entorno.
El Valle de Luiña: Su conexión con el Parque Natural de las Fuentes del Narcea, Degaña e Ibias
El Valle de Luiña, situado en el concejo de Degaña, Asturias, forma parte del Parque Natural de las Fuentes del Narcea, Degaña e Ibias, uno de los espacios protegidos más importantes del Principado de Asturias. Este parque, declarado en 2002, es también una Reserva de la Biosfera reconocida por la UNESCO desde 2003, lo que subraya su relevancia tanto a nivel ecológico como cultural.
Parque Natural de las Fuentes del Narcea, Degaña e Ibias
Este parque natural abarca una superficie de más de 555 km², extendiéndose por los concejos de Cangas del Narcea, Degaña e Ibias. Es conocido por su impresionante biodiversidad, sus paisajes montañosos y su papel crucial en la conservación de especies emblemáticas como el oso pardo cantábrico y el urogallo cantábrico.

Características principales del parque
- Biodiversidad única: El parque alberga una de las mayores poblaciones de oso pardo cantábrico en España, además de ser un refugio para el urogallo, una especie en peligro crítico de extinción. También es hogar de lobos, ciervos, corzos, jabalíes y una gran variedad de aves rapaces.
- Bosques autóctonos: Destacan los extensos bosques de hayas, robles y abedules, que cubren gran parte del territorio. Estos bosques son esenciales para la fauna local y contribuyen a la regulación climática y la calidad del agua.
- Paisajes montañosos: El parque está dominado por montañas y valles profundos, con altitudes que oscilan entre los 400 y los 2.000 metros. Este relieve accidentado es el resultado de millones de años de actividad tectónica y erosión.
- Río Narcea y afluentes: Los ríos que atraviesan el parque, como el Narcea y el Ibias, son fundamentales para la biodiversidad acuática y terrestre. Además, estos ríos han moldeado el paisaje, creando gargantas, valles espectaculares y lagunas como la de Arbás.
Historia minera
El Valle de Luiña tiene una larga tradición minera, especialmente en la zona de Tormaleo, donde se llevaron a cabo explotaciones a cielo abierto. Estas actividades dejaron cicatrices visibles en el paisaje, pero también forman parte de la historia industrial de la región. Una de las infraestructuras más destacadas fue el teleférico de carbón, que conectaba las minas de Tormaleo con Páramo del Sil a lo largo de 26 kilómetros.
La ruta desde Luiña al Pico Miravalles
La ascensión al Pico Miravalles desde el pueblo de Luiña es una de las rutas más completas y desafiantes de la Sierra de los Ancares. Este recorrido, de ida y vuelta, combina paisajes espectaculares, historia y un contacto íntimo con la naturaleza.
Datos técnicos de la ruta
- Distancia total: 18,7 km (ida y vuelta).
- Desnivel positivo acumulado: 1.506 m.
- Altitud mínima: 715 m (Luiña).
- Altitud máxima: 1.962 m (Pico Miravalles).
- Dificultad técnica: Moderada-alta (por el desnivel y la longitud).
- Duración estimada: 6-8 horas (dependiendo del ritmo y las paradas).
- Tipo de ruta: Lineal (ida y vuelta por el mismo camino).
Descripción del itinerario
- Inicio en Luiña (715 m):
La ruta comienza en el pequeño pueblo de Luiña, situado en el concejo de Degaña. Desde aquí, se toma un sendero que asciende progresivamente a través de un bosque mixto de robles, castaños y abedules. - Majada de Chagozos (1.673 m):
Tras una subida constante, se llega a la Majada de Chagozos, una antigua cabaña-refugio utilizada por pastores. Este es un buen lugar para descansar y disfrutar de las vistas del valle. - Laguna de los Chagozos (1.739 m):
Poco después de la majada, se encuentra la Laguna de los Chagozos, un pequeño cuerpo de agua estacional que añade un toque pintoresco al recorrido. - Cima del Pico Miravalles (1.942 m):
La última parte del ascenso incluye un tramo de cresta con vistas espectaculares hacia los valles de Fornela y Luiña. En la cima, se encuentra un vértice geodésico, un buzón de montaña y una figura. - Regreso a Luiña:
El descenso se realiza por el mismo camino, con precaución en los tramos más empinados y rocosos.
Consejos y recomendaciones
- Equipo necesario: Calzado de montaña, ropa adecuada para cambios de clima, bastones de trekking, agua suficiente y comida.
- Precauciones: En invierno, es posible encontrar nieve o hielo en las zonas altas, por lo que se recomienda llevar crampones y piolet.
- Mejor época para realizarla: Primavera y otoño, cuando las temperaturas son más suaves y el paisaje está en su máximo esplendor.
Conclusión
El Pico Miravalles es mucho más que una montaña. Es un símbolo de la riqueza natural y cultural de los Ancares, un lugar donde la historia, la biodiversidad y los paisajes se entrelazan para ofrecer una experiencia única. La ruta desde Luiña hasta su cima es un desafío que recompensa con vistas espectaculares y una conexión profunda con la naturaleza.
Explorar el Pico Miravalles y sus valles circundantes es una oportunidad para descubrir un rincón único de la península ibérica, donde la tradición y la naturaleza se mantienen vivas. Si buscas una aventura que combine esfuerzo físico, belleza paisajística y un toque de historia, esta ruta es para ti. ¡Prepárate para una experiencia inolvidable!