Javier

El recorrido es espectacular. Cada día tiene su encanto: el primer día es más tranquilo, ideal para calentar motores, mientras que el segundo día es el más desafiante, con ascensos técnicos y paisajes que te dejan sin aliento. El Collado de Salenques fue mi parte favorita, un reto físico que recompensa con vistas impresionantes. El tercer día, aunque más relajado, fue perfecto para cerrar la experiencia con un descenso cómodo y vistas panorámicas.