Las actividades en la montaña no están exentas de riesgos. Para prevenir esos riesgos es necesario tener en cuenta una serie de prevenciones.
Estamos hablando de promover todo un conjunto de actuaciones encaminadas a proporcionar seguridad y, por lo tanto, la salud del montañero.
Para proporcionar esa seguridad debemos previamente identificar y valorar todos los peligros y todos los riesgos asociados a la práctica montañera.
Prevenir como base de la seguridad en la montaña
Prevenir un riesgo supone cuatro cosas:
- Hay que evaluar los riesgos existentes de la ruta que vamos a hacer.
- Debemos planificar la ruta en función de esos riesgos.
- Tenemos que adoptar medidas para minimizar los riesgos.
- Debemos decidir y actuar en función de lo planificado.
Hacer montaña sí, pero procurar hacerlo con toda la seguridad posible.
Consejos mínimos de prevención
- Planificar la ruta, con tracks, gps, mapas físicos, móvil, brújula.
- Observar el parte meteorológico, desde los días anteriores a la realización de la actividad y predicción futura.
- Revisar todo el material necesario para realizar nuestro trekking.
- Revisar los elementos de seguridad necesarios. Por ejemplo, un casco si sabemos que vamos a desplazarnos por zonas con peligro de desprendimiento de rocas.
- Avisar siempre a dónde vamos a ir y con quién.
- En la propia ruta es conveniente hablar con las personas con las que nos cruzamos. Es una medida de localización, de fijación de un punto por donde hemos pasado.
- Llevar teléfono móvil con baterías de repuesto.
- El botiquín siempre es obligatorio. Recordar la manta térmica.
- Cargar con suficiente agua.
- Vestimenta adecuada. Sistema de tres capas.
- Alimentación adecuada que aporte proteína y calorías dependiendo del tipo de actividad.
- Evitar siempre la sobreestimación de nuestras posibilidades. En caso de duda siempre es conveniente buscar otra salida.
Conclusiones
Recordad: prevenir un riesgo en montaña es valorar todos los peligros y riesgos que se pueden dar cuando hacemos una actividad en la montaña.
Por ejemplo, si salimos en una ruta invernal, tenemos que valorar peligros como las bajas temperaturas, las precipitaciones posibles, la niebla, los rayos en caso de temporal, el terreno irregular por donde tengamos pensado pasar, la noche, dado que los días son más cortos, la existencia de piedras sueltas, etc.
Valorando todos estos peligros potenciales evitaremos situaciones de riesgo. Por ejemplo:
- La hipotermia por el frío y la lluvia.
- La desorientación por la niebla.
- Los desprendimientos por las piedras sueltas.
- Las caídas a distinto nivel por la noche y la falta de visión.
- Las avalanchas por los neveros.